The magic opal, Opera, lyrical comedy by Isaac Albeniz

Título: The magic opal
Autor: Isaac Albeniz
Genero: Opera, lyrical comedy
Año: 1892-93

The Magic Opal, la opereta inglesa en dos actos de Isaac Albéniz, es una comedia amorosa ambientada en la Antigua Grecia, en la que un anillo mágico hacía que todo el que lo tocase se enamorara de su portador.

A Isaac Albéniz se le conoce en todo el mundo por sus grandes obras para piano como su famosa suite Iberia o sus suites españolas, también en su versión para orquesta. Menos conocida es sin embargo, su fructífera faceta como compositor de música escénica. Albéniz compuso zarzuelas, óperas y operetas. Curiosamente, gran parte de su producción lírica se escribió en inglés, debido al tiempo que pasó en Londres y luego por su colaboración con Francis Burdett Money-Coutts, que nos dejó obras como Merlin, Henry Clifford o Pepita Jiménez. En 1893, estrenó en el Lyric Theatre de Londres The Magic Opal (El ópalo mágico, en español), una opereta cómica sobre un enredo amoroso en la antigua Grecia, con libreto de Arthur Law. El éxito fue tal que Bernard Shaw dijo que se había adelantado a todos los demás creadores, en una época en la que Gilbert y Sullivan eran los reyes de este género. Ciertamente, y como siempre en España, lo propio es lo último en valorarse. En una época en la que Puccini, Wagner y Verdi eran aclamados en todos los teatros de nuestro país, fracasaban una y otra vez los intentos de crear una ópera nacional. Albéniz, como Pedrell y después Falla, tendrían no solamente que competir con esos excelsos genios extranjeros, sino también verse ignorados sistemáticamente en las programaciones de los teatros donde no fuese la zarzuela el género lírico principal. Bretón, Arrieta y Chapí tuvieron grandes éxitos, pero fueron honrosas excepciones que en cualquier caso no asentaron una lírica nacional, vacío que sigue llenando la zarzuela.

La producción lírica de Albéniz no tuvo la suerte que merecía. Henry Clifford fue estrenada en Barcelona en italiano, con éxito, pero fue rápidamente olvidada. De la trilogía artúrica que intentó llevar a cabo con Money-Coutts sólo completó Merlín, y no pudo estrenarla. Pepita Jiménez fue estrenada en italiano también en la ciudad condal, pero después de la muerte de Albéniz no tuvo muchas reposiciones hasta la reorquestación de Pablo Sorozábal en los años 60. A principios de los 2000, Merlin conoció cierto reconocimiento tardío, con la famosa grabación en disco con Plácido Domingo y la producción en el Teatro Real en 2003 (que un servidor vio, con 15 años), pero si bien el disco tuvo mucho éxito, la producción escénica fue acogida con división de opiniones, y no volvió a verse en España hasta ahora, descontando una tímida interpretación al piano en un centro cultural de Madrid en 2009 y de escasa repercusión. Pepita Jiménez sí se vio en los Teatros del Canal en 2013, con buena acogida. Henry Clifford fue recuperada en Canarias en 2009, y al igual que Merlín, ambas obras tuvieron grabaciones; siempre de mano del gran valedor de la lírica albeniciana de esa época, el maestro José de Eusebio.

En cuanto a la obra que nos ocupa, se estrenó en España en 1894, en el Teatro de la Zarzuela, en español, con el título de La Sortija. Hubo que esperar hasta 2010 para que se escuchara en la capital otra vez, ahora en el Auditorio Nacional. Y es ahora en 2022, cuando regresa al mismo escenario donde se escuchó hace casi ciento treinta años. Sin embargo, lo hace en una adaptación de Paco Azorín, también director de escena, y Carlos Martos de la Vega, y en una traducción al español de Javier L. Ibarz y Pachi Turmo. ¿Por qué en español y no en el original inglés? Es lo que muchos nos hemos preguntado antes de entrar. Pero al salir la conclusión es que la dramaturgia es tal, y posiblemente también la adaptación, que no se acomodaría bien en una versión en inglés, ya que tan solo con el lenguaje, no digamos ya los diálogos, donde se entienden con todo el sentido es con la realidad de la España de hoy.

Una obra tan olvidada como esta es una total desconocida para el público actual, una comedia amorosa en la Antigua Grecia, en la que un anillo mágico hacía que todo el que lo tocase se enamorara de su portador.

El joven Albéniz nos regala una música deliciosa, hechizante, alegre, ligera en comparación a las épicas Merlin o Henry Clifford, pero con ese reconocible toque tan español, tan folclórico y colorido, que resulta exótico, como demandaba el público de la época. En las danzas, como en la del segundo acto, está ese estilo que encontraremos en parte del tercer acto de Merlín. En otros momentos, la música suena como una opereta convencional.

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Otras composiciones de Isaac Albeniz

Obra destacada de Isaac Albeniz

La composición más destacada de Albéniz es Iberia, una suite para piano compuesta entre 1905 y 1909 por el compositor español. Consta de cuatro libros de tres piezas cada uno; Una interpretación completa dura aproximadamente 90 minutos

Se considera una de las obras más desafiantes para piano.